Hoy he decidido publicar en esta entrada un cuento que me parece muy simpático y que además, uno de los personajes es un duende como el de mi blog.
Como hacía cada día, colocaba sus herramientas en la mesa de trabajo, para que al día siguiente nada más entrar pudiese trabajar, pero al día siguiente cuando llegó a la zapatería todos los zapatos estaban arreglados.
Ese proceso transcurrió durante los días siguientes.
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